sábado, 5 de diciembre de 2009

La historia de Alonso


Nombre: Alonso
Apodos: angelito, tronco, perro nabo
Edad: 2 años
Fecha de llegada: marzo de 2008
Cumpleaños: 7 de febrero (el día del aniversario de casamiento de mis abuelos)
Significado del nombre: "Príncipe" en alemán
Motivo del nombre: lo eligió mi mamá de uno de mis libros de nombre. Ni bien lo leímos, pensamos que sonaba super lindo y le quedaba genial.



En algún momento del mes de marzo de 2008, mi mamá fue a pasear a los perros al parque, como hacemos dos veces por días, todos los días, sin excepción. Cuando se acercaba a una especie de banco de piedra que hay debajo de un árbol, le llamó la atención un papel de colores brillantes, no sabe exáctamente por qué. La cosa es que se acercó y casi se muere al ver un perrito diminuto acostado entre los papeles, que la miraba con cara de susto.


Sin pensarlo ni un minuto, mi mamá lo tomó en brazos para traerlo a casa y el pequeñito empezó a gritar como loco. Vaya uno a saber qué le hicieron al pobrecito para que se pusiera así simplemente por tocarlo.

Lo trajo hasta la casa y enseguida lo separamos del resto porque tenía todo el cuerpito lleno de sarna y tenía una sospechosa panzita que denotaba parásitos de todo tipo. Lo llevamos enseguida al veterinario y nos confirmó que tenía tanto sarna como parásitos.

Cuando se acostumbró a nosotras, el pobrecito era muy mimoso, lloraba todo el tiempo porque quería que lo tuviéramos en brazos y dormirse ahí.

La cosa es que cuando se curó de la sarna y sacó todos los bichitos de su cuerpo, ya se sentía bien y como es normal en un cachorro, quería salir de las cuatro paredes de la habitación, quería jugar, correr, ladrar. Y nosotras vivimos en un departamento y en el departamento de al lado vive una pareja con una bebé de meses y si bien nunca nos dijeron nada, tampoco es cuestión que dejemos al perrito ladrando todo el día en la habitación que da justo a la suya.


Desde el primer día que lo vió, mi abuela se enamoró de él. Pero pensaba que con dos perras ya tenía bastante trabajo (nótese como la frase siempre es la misma pero el número de animales sigue creciendo xD), así que se lamentaba no poder llevarlo.

Unos días después le pedimos si no podía quedarse a Alonso hasta que le consiguiéramos un hogar, nosotras estando seguras que se iba a querer quedar con él luego de unos días. Quiero aclarar que eso no lo hicimos por "sacarnos de encima" el problema: hacía un par de meses que mi abuela estaba sumida en una depresión ya que en un año habían muerto las tres últimas hermanas que le quedaban con vida y nos venía diciendo que quería un perrito pequeñito al que pudiera cargar y llevar con ella a todas partes, pero no terminaba de decidirse.


Se lo llevamos y no puedo explicar cómo le cambió la vida a mi abuela en unos pocos días. Salió de la depresión casi completamente diría yo, ella ahora vive por sus perros y al enano lo llama "mi angelito", así que imagínense cómo la ayudó con su presencia.

Alonso es un perrito muy feliz y juguetón, se la pasa todo el día corriendo y jugando con Aisha, la cual lo adoptó instantáneamente. Nos sorprendió gratamente lo "seria" que se puso a partir de la llegada del enano y como asumió su rol de "madre".

La historia de Sarina


Nombre: Sarina
Apodos: Blanquita
Edad: 7 años
Fecha de llegada: octubre de 2006
Cumpleaños: 6 de octubre
Significado del nombre: "El llanto del sauce" en japonés
Motivo del nombre: es un nombre que me gustaba desde hacía mucho, lo había escuchado en un programa japonés.


Antes de llegar a casa de mis abuelos, Sarina había estado vagando por el barrio desde hacía varios días, mi abuela recuerda haberla visto "a la pasada". Y como un día, a la pasada, le dió de comer porque le daba lástima que estuviera tan flaca y asustada, la pobre perrita no se movió nunca más de la puerta de la casa. Mi abuela se moría de ganas de ayudarla, pero le parecía que con una perra ya tenía bastante trabajo.

Empezaron los días de verdadero frío y mi abuela casi no podía dormir pensando en la pobre perrita que afuera se estaba muriendo de frío, a pesar que ella le había puesto unos trapitos para que se resguardara aunque sea un poquito. Por eso unos de esos días, se le ocurrió entrarla en la casa de atrás y a la mañana siguiente volver a sacarla. Hizo eso por un par de días. Al tercero escuchó un ruido terrible en las rejas de la casa y asustados, mis abuelos se asomaron para ver qué sucedía, encontrándose a la pobre perrita siendo acosada por tres perros (era época de celo para colmo!) y tenía tanto miedo que estaba intentando meterse por entre las rejas para librarse de ellos.

Ese fue el "basta" para mi abuela, que salió, espantó a los perros (según mi abuelo, estaba como loca preocupada por ella xD) y entró a la perrita a la parte trasera de la casa, que tiene un fondo enorme separado por un garage/taller de carpintería de mi abuelo super grande. Desde ese día no salió más de la casa.


Lamentablemente Sarina es muy territorial y agresiva con otros perros y humanos (solo nos acepta a nosotros 5), por lo que tiene que estar en la parte trasera de la casa, pero todos los días cuando anochece mi abuela la entra a la otra casa, obviamente para que no tenga frío.


A pesar de eso es una perra muy muy dulce, que no te deja caminar para que le hagas mimos, aunque más de una vez me haya gruñido o mostrado los dientes. Vaya uno a saber qué le hicieron en la calle para ser así...